ALI BABÁ Y LOS CUARENTA LADRONES


"Ali Babá y los cuarenta ladrones" es el titulo de una de las historias recogidas en "Las Mil y una noches", célebre recopilatorio de cuentos árabes del Oriente Medio medieval. Pero hoy no quiero hablar de literatura. Como cierre del año y para vergüenza y escarnio de éste nuestro país, me gustaría dedicar este titulo a los gobiernos municipales, provinciales o autonómicos, sean del signo politico que sean, que han utilizado y utilizan sus cargos como trampolín para el enriquecimiento propio o de sus amigos (tema por cierto de candente actualidad en este año que se va). En definitiva, ladrones (desgraciadamente sospecho que son más de cuarenta).
Pero vayamos por partes. Que vivimos en el país de la picaresca es un hecho cierto. Me podría remontar a la genialidad de un Lazarillo de Tormes allá por el siglo XVI, cuyo protagonista se las ingeniaba por necesidad para engañar, robar y así sobrevivir. Pero he dicho que no quiero hablarles de literatura. Que en España se aplauda al defraudador antes que al honrado, es un hecho tristemente cierto. Y si no, ¿cuantas veces escuchamos con admiración que fulanito con diversas triquiñuelas más o menos legales o más o menos inmorales ha conseguido pagar menos al Fisco? ¿Cuando hemos escuchado con admiración y hemos aplaudido que fulanito ha pagado al Fisco (o sea a la caja de todos) el porcentaje que correspondía por su beneficio? Yo creo que jamás lo he escuchado. Pero bueno me estoy desviando del tema, aunque este pequeño inciso sirva para reafirmar que además de defraudadores somos fantasmas por contarlo. Ya en el terreno puramente politico lo que sucede últimamente con los gobernantes ya clama al cielo. A cuanta gente se "coloca" a dedo en ayuntamientos (con mayor o menor discreción). Cuantos contratos se firman por "amistad" con el gobernante. Cuantos son vetados por no plegarse a verse convertidos en unos títeres manejados por la mano de un político corrupto. Cuanto dinero DE TODOS se malgasta en un sinfin de cuestiones inútiles que podemos ver dia a dia y que tan solo sirven para enriquecer (no sabemos si previo pago de algun incentivo) a los amigos de los políticos. Imagino que en tiempos de "vacas gordas" con el urbanismo por las nubes la cosa sería impune y tal vez con las cantidades que se manejaban sería más fácil de disimular. Pero ahora, en tiempos de crisis, toca ingeniárselas para seguir o tapar esas estratagemas para poder mantener ese estatus que los buenos tiempos les han legado.

Francamente creo que debería dotarse de más medios a la Fiscalía Anticorrupción (y de toda la independencia del mundo) para que destapara todos y cada uno de estos casos, además con castigos ejemplarizantes, que disuadieran a los "trepas" de meterse en politica para enriquecerse o como un puesto de trabajo cuyo único mérito es saberse acercar a la cúpula de un determinado partido político y a base de codazos, mordiscos o favores hacerse un hueco en las listas electorales del municipio. Capitulo aparte mereceria la inutilidad de muchos gobernantes que ya han hecho de su cargo un oficio y fuera de él son incapaces "de hacer la o con un canuto". ¿Se los imaginan sin padrinos enfrentándose a una entrevista de trabajo para acceder a una empresa privada? En cambio a los más inútiles, más cargos y de mayor responsabilidad y si puede ser con un montón de asesores que cubran sus multiples carencias pero...¡eso si! pagados con el dinero de todos.

Por eso desde aqui, modestamente, abogo por unos gobernantes sensatos, ecuánimes, trabajadores, libres de la presion política, que antepongan los intereses generales al interes partidista y sobretodo y por encima de todo HONRADOS. Cuando logremos esto, la clase politica más cercana al ciudadano habrá ganado muchos enteros y seguro que muchos como yo, decepcionados y asqueados ante tanta delincuencia de guante blanco, volveremos a creer en los principios básicos de la política. Ese será uno de mis deseos para el año nuevo.

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