MORIR DIGNAMENTE


Las últimas semanas ha vuelto de nuevo a saltar a los medios de comunicación y por extensión a la propia opinión pública, el debate sobre la eutanasia o "muerte digna". Ésta es aplicable a determinados casos de enfermos en situación terminal o incurable que, para evitar sufrimientos innecesarios o una prolongación artificial de su vida son tratados de forma activa o pasiva con el fin de provocarles la muerte. En esta situación intervienen tres actores principales: EL ENFERMO, que en la mayoria de los casos no puede decidir por si mismo; LOS FAMILIARES, sobre los que recae la dificil decisión de poner fin a su vida y LOS MEDICOS, que han de practicar la eutanasia al enfermo. La eutanasia puede ser ACTIVA, provocando la muerte indolora del paciente mediante sobredosis de morfina u otro tipo de sustancias o PASIVA, suspensión de un tratamiento, dejar de alimentar por via parenteral, desconexión,...

A los tres actores anteriomente nombrados, hay que añadir otro más, este más abstracto, pero sin el cual no podría hacerse efectiva la eutanasia. Me estoy refiriendo a la LEGISLACIÓN. En España las leyes que regulan este derecho a la "muerte digna" son inexistentes. El único punto que hallamos relativo a la eutanasia, entendida como colaboración en un suicidio, es la que recoge el Código Penal en su articulo 143 en que establece penas de dos a cinco años para quien "coopere con actos necesarios al suicidio de una persona", esgrimiendo atenuantes en el caso en que esta cooperación haya contado con una peticion expresa, seria e inequivoca del otro. Algunas comunidades autónomas disponen de lo que se denomina "Ley de Voluntades Anticipadas" o "Testamento Vital", que permite al paciente dejar constancia escrita, con antelación, ante los servicios médicos de qué asistencia desea en el momento en el que se encuentre en situación crítica. No obstante los intentos por abrir un debate parlamentario o las propuestas presentadas en este sentido nunca han prosperado.

Casos como el del tetraplégico gallego Ramón San Pedro nos vienen a la memoria así como su discurso en que pedia de forma expresa, seria e inequivoca su voluntad de morir. Argumentaba el derecho de cada persona a disponer de su propia vida, estando sin embargo incapacitado para cometer su propio suicidio. En 1998 y contando con la ayuda de una amiga, se suicidó envenenado con cianuro potásico. Ramón San Pedro pasó 30 años postrado en una cama.

Si miramos hacia Europa, observaremos que existe una amplia diversidad de legislaciones al respecto. Por ejemplo mientras que Holanda y Belgica permiten la eutanasia bajo ciertas condiciones, Suecia, la prohibe. Francia se encuentra en un punto intermedio y permite la eutanasia pasiva cuando un enfermo es incurable pero no la eutanasia activa. Suiza admite el suicidio asistido, es decir, ayudar a pacientes con enfermedades incurables a morir, siempre que no exista una contraprestación económica. El colectivo "Dignitas" fundado en 1998 por el abogado suizo Ludwig Minelli recibe enfermos de todo el mundo con la intención de morir amparados por la legislación suiza. Hasta 2006 habian ayudado a morir a más de 700 enfermos de 25 paises distintos.

La eutanasia, más allá de la parte propiamente médica, es esencialmente una cuestión moral y por tanto la religión entra a formar parte de ella. La defensa a ultranza de la vida es el punto sobre el que se apoya la religión católica para condenar estas prácticas.

El pasado 9 de febrero moría en Udine Eluana Englaro, la mujer italiana que habia permanecido 16 años en estado vegetativo debido a un accidente de trafico. Ante la situación irreversible en la que se encontraba su hija, su padre apoyó la posibilidad de suspender el suministro de alimentos, dejándola morir. Sin embargo, el caso generó gran controversia en el marco del habitual debate en torno a la eutanasia hasta llegar al ámbito político y judicial. Tras muchos intentos de peticiones ante la Corte de Apelaciones italiana, es por fin en 2008 cuando Beppino Englaro, padre y tutor de Eluana, tiene concedido el permiso para interrumpirle el suministro de alimentación e hidratación. Sectores religiosos, partidos politicos, medios de comunicación inician una cruzada en pro de salvar la vida a Eluana, así como el propio gobierno intentando crear una ley express. El 9 de febrero Eluana Englaro falleció tras 11 años de batalla legal.

Mucho se habló, se criticó, se juzgó a Beppino Englaro a raiz de esta decisión. La decisión más dura que un padre puede tomar: luchar por conseguir acabar con la vida de una hija. Quien más que él puede entenderlo, quien más que él vió dia a dia a su hija, recostada, irreversiblemente enferma. Que hubiese hecho ella? Hubiese querido seguir viviendo así? Era eso vivir dignamente? O fue morir con dignidad?

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